Mi padre y el hermano reponedor-pelo cardado de Jacques han llegado a un pacto bastante curioso. Él (el hermano, de nombre Roberto) le trae un día a la semana y by the face la comida que está a punto de caducar. Papá dice que así se hacen las fortunas. A cambio, mi padre esclaviza a su churri (a.k.a. la señora Valdelaspuertas) para que le deje el pelo tan cardado que parece una venerable anciana recién salida del secador para ir al bingo.
Y lo peor no es el olor a laca que deja en casa, sino que mi padre y la señora Valdelaspuertas tienen que acabarse toda la comida en 48 horas para que no se pudra del todo. Menos mal que como en la oficina.
3 comentarios:
Siempre te quedara cambiarte de nombre, teñirte de morena, comprarte unas gafas de señora mosca y despues de todo esto irte a vivir a alguna isla de nombre paradisiaco y hablar con acento cubano.
Ahi es donde comienza la diversión de la vida.
(Todo esto subencionado por su señor padre)
no puedo con tu padre!!!
ay, clicka.. a veces me pregunto si la narradora no estará un poco enferma!! cómo se le pueden ocurrir estas cosas!!!
besos
Me está empezando a parecer que tu padre es un poco mafias, no?
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